Una tarde cualquiera de los años noventa, Ernesto Marroné, exitoso ejecutivo del conglomerado empresarial Tamerlán e hijos, regresa a su casa de country para descubrir, en la habitación de su hijo adolescente, el póster del Che Guevara. En ese momento sabe que la hora de decirlo todo acerca de su pasado guerrillero ha llegado. Porque la imagen de ese hombre de melena leonina y mirada acerada lo ha devuelto al verano de fines del setenta y cinco, cuando su intento de mediar en la liberación del presidente de la empresa, el señor Fausto Tamerlán, secuestrado por la organización Montoneros, lo lleva, tras una cadena de fatalidades y malentendidos a convertirse en jefe de columna de la misma organización guerrillera. Allí descubre otro mundo (militante, áspero y solidario), y también el amor (el verdadero), y se imagina apto para abrazar la causa del Hombre Nuevo. Ya nada le importan la carrera exitosa, la familia, la calidez del hogar, cuando el azar, o quizás un destino burlón que parece perseguirlo con saña, lo devuelve a su vida de antes, como si el corto verano de la revolución no hubiese sido más que un sueño que, al disiparse, lo ha dejado a medio camino entre la desolación y el desengaño. Novela hipnótica, Un Yuppie en la Columna del Che Guevara narra un período, los años setenta, como nadie lo había hecho hasta ahora: con exuberancia y pasión, con un dramatismo que emerge en cada página, con una mirada que no cede a la ironía ni al homenaje, y que es un retrato intenso de un tiempo dulce y atroz. Carlos Gamerro escribió una novela conmovedora que envuelve al lector, una novela que muestra cómo la literatura puede deslumbrar con la trama y la prosa, y capturar con la inteligencia.