El tiempo y el espacio pueden entrar en un libro. Y la vida consiste de pactos, a veces fáusticos, que las personas hacemos con nuestro destino. János es una novela que homenajea a una tradición en la que me encuentro cómodo: la de aquellos que adoramos a los libros, la de los que creemos que la imaginación no se puede cuantificar, y que la literatura es, de todas las sustancias capaces de alterar la conciencia, la más completa.
La novela de Santiago Farrell incluye además magos, romance, aprendizajes, alquimia y mucha aventura. Un joven que poco a poco se empapa de un mundo que desconocía, que pasa de delivery de sustancias a dealer de lecturas, que camina en la cornisa del infierno, y en este equilibrio se conoce a sí mismo y conoce el valor. Dos cuestiones típicamente literarias en una novela sobre la posibilidad de que la literatura, más allá de todo, nos siga prometiendo un cambio de vida.